De un día (no tan) cualquiera cada cuatro años

Y hoy se levantó el panadero seguramente a la misma hora de siempre a hacer el pan. Desde ayer está la gente medio enojada, los bolos que no pudieron tomar (hay ley seca un día antes). Pero todos estamos igual. Se acabaron las campañas, (gracias a Dios) no más musiquitas acoquinantes, al fin van a quitar tanta cara de diputado de las calles, de los árboles y de todos los lugares que se puedan imaginar. Los más madrugadores y los antisociales se levantan temprano, y las otras dos partes de Guatemala (si, somos muy huevones) se levantan a la hora típica de su domingo, tarde, hace calor, y la luz ya no deja dormir. Y empieza a salir la gente para elegir su destino, al menos por los próximos cuatro años, y yo sólo le pido a Dios que tenga compasión de estos pobres chapines dejados e ignorantes en cuanto se refiere al progreso de su país, que ya no quiero escuchar quejas de los que no votaron, no quiero escuchar que nuestro presidente es un narco, un militar asesino, o un pendejito que usan de muñeco de trapo. (si por que siempre son los mismos) Miro en la ventana y veo muchos carros, ojalá seamos más los buenos, como dice mi estimado, por que veo las vallas gigantes y me da miedo la expresión de algunos villanos, sus ojos dicen mucho más que las promesas que nos repiten a diario. Sólo queda esperar, yo fui a elegir temprano. Esperar y a ver qué pasa por los próximos cuatro años. Esperar a ver qué palabras escogemos para quejarnos, esperar a esperar lo mejor y progresar aunque sea un poquito... en los próximos cuatro años.