de Legorretas.

Que el arte puede alcanzar grandes magnitudes se demuestra cada día con artistas como Ricardo y Victor Legorreta. Que el poder expresar con "cubos" tantas emociones que ni siquiera podemos explicar es una sensación que pocas personas logran hacer, crear, para que las demás personas disfruten en 3 dimensiones la experiencia de sus propios sentimientos. Que los colores inesperados nos sorprendan y envuelvan es algo que todos los arquitectos deberíamos experimentar para vivir realmente la expresión del arte llamado arquitectura....

Por que veo las fotos y me transmiten a veces alegría y otras tantas melancolía, amor y pasión, y no puedo evitar preguntarme (la pregunta que me fue imposible hacerles a estos arquitectos cuando tuve la oportunidad de estar en una conferencia impartida por los mismos) fue "si es cierto que te llaman por lo que haces, no por la cultura que representas ni por nada externo a ti, quiere decir que somos un mundo único que plasma sus más profundas emociones en espacios que juegan con la luz y los colores, las texturas y la ambientación... si es esto verdad, qué es lo que creen ustedes, Legorreta y Legorreta, que nos dejan en cada una de sus obras, como arquitectos, y como personas, que trasciende fronteras, físicas y culturales?" como me hubiera gustado saber la respuesta....


Pero tendré que seguir admirándolos de lejos y deduciendo, por su manera sencilla de exponer, por entregar su corazón en las palabras que nos dieron, que no son superhumanos o semidioses nacidos de los pinceles de la creatividad, son simplemente personas que comparten, viven, experimentan, expresan y plasman con total sinceridad, pasión y dedicación, su vida, como lo haría cualquier artista, y esa es la lección más grande que pude aprender de estos dos artistas este día, la sinceridad, la humildad y la entrega para conmigo misma y mi trabajo, nunca olvidarme de dónde vengo ni por qué hago lo que hago, y de esa manera quizá algún día, quizás, inspire a otras personas con mis sinceras obras de arte, recuerde este día y me sienta feliz, de que alguien pudo continuar con la valiosa lección de vida que aprendí este día.

De una caricia

Del silencio parten los sentidos en un viaje inesperado, singular. Empieza con la respiración, que se va haciendo mas lenta, casi nula, falta el aire y te falta respirar, piensas poco y la vista se te nubla un poco... Se te nubla un poco cuando enfocas sólamente un punto, tu horizonte se vuelve cercano, y se acerca a ti lentamente precipitando el tiempo, que pareciera estar parado, esperando, a que ese momento llege al fin. Se desvia tu mirada, estás muy cerca, tan cerca, y no existe ninguna barrera, entre ti y ese punto, que queres sentir, que queres rozar, queres tocar, no con las manos, si no con toda tu persona, quisieras experimentar en cada milésima de tu cuerpo ese sentir, con los ojos cerrados explorar y memorizar cada espacio, cada curva, cada textura, cada reacción. Y todavía estas lejos, apenas a unos centímetros. Volvés a desviar la mirada, que ahora se encuentra en un mar de profundidad, tan oscuro y tan perfecto, tan peligroso y a la vez te da tanta paz, y sientes como el pelo en tu cuerpo se va estremeciendo, cuando por inercia ese mar te atrae a su profundidad, caminas corriendo en el alma y muy lento en el pensamiento, todo se borra, menos el recuerdo de ese instante, el sentir de ese momento, tal vez hasta un poco mareado cuando tu piel hace contacto ya, la respiración se entrecorta, lento va muy lento, suave, tibio, húmedo, tierno, lento... se despiertan todos tus sentidos al mismo tiempo, cuando los sentidos sintonizan al unísono, es humanamente perfecto.

Del continuo andar

Si yo sigo caminando este caminito a veces atrincherado de cositas inútiles que no tiene por qué estar aquí, es mi caminito, lo tengo a mi gusto, siempre va conmigo, recorriendo el tiempo al andar de mis pasos y de repente.

Entrás.

Ey! qué estás haciendo! Es caminito privado, cada piedrita lleva su nombre con un recuerdo y le suspira al viento escenas que jamás se repetirán, no toques nada, no arruines nada! Todo está perfecto en su lugar! Ves este cielo me acompaña, mi sombra nunca deja que me sienta sola, qué estás haciendo? Largate ya.


Muy tarde.

Ahora estás agarrando mis cositas, pedís permiso, te dejo entrar, tengo curiosidad, cedo un poco de mi caminito, de mis piedritas, de mis murmullos al viento, a veces extiendo un poquito mis alas para dejarme llevar, no, llevar todavía no, solo sentir el frío del viento, las extiendo un poquito más? sólo un poco más??

CUIDADO!

Agarraste algo sin permiso, pisaste una florecita, lo ignoro (me caes bien) te doy otra oportunidad, entraste te vi de frente ahora te diste la vuelta y te vi por atrás, estás arrastrando más qe tu sombra, quizás un pasado que no querés olvidar, pero no, esperate, no podés entrar, no sigas avanzando, por favor, pará, pará! Qué es lo que traes, ahora que tomaste mis cosas, me hiciste parar, ahora el horizonte se mira más lejano de lo que estaba hace un instante, qué haces? No no lo hagas por favor no lo hagas...

Freno de mano.

Tenía que preguntar. Empaco mis cositas, extendí un mantelito con flores, gotitas saladas, sonrisas brillantes, besitos en el alma... no las viste verdad? Empaco mis cosas me despido y continúo mi andar... mi continuo andar...

De un día (no tan) cualquiera cada cuatro años

Y hoy se levantó el panadero seguramente a la misma hora de siempre a hacer el pan. Desde ayer está la gente medio enojada, los bolos que no pudieron tomar (hay ley seca un día antes). Pero todos estamos igual. Se acabaron las campañas, (gracias a Dios) no más musiquitas acoquinantes, al fin van a quitar tanta cara de diputado de las calles, de los árboles y de todos los lugares que se puedan imaginar. Los más madrugadores y los antisociales se levantan temprano, y las otras dos partes de Guatemala (si, somos muy huevones) se levantan a la hora típica de su domingo, tarde, hace calor, y la luz ya no deja dormir. Y empieza a salir la gente para elegir su destino, al menos por los próximos cuatro años, y yo sólo le pido a Dios que tenga compasión de estos pobres chapines dejados e ignorantes en cuanto se refiere al progreso de su país, que ya no quiero escuchar quejas de los que no votaron, no quiero escuchar que nuestro presidente es un narco, un militar asesino, o un pendejito que usan de muñeco de trapo. (si por que siempre son los mismos) Miro en la ventana y veo muchos carros, ojalá seamos más los buenos, como dice mi estimado, por que veo las vallas gigantes y me da miedo la expresión de algunos villanos, sus ojos dicen mucho más que las promesas que nos repiten a diario. Sólo queda esperar, yo fui a elegir temprano. Esperar y a ver qué pasa por los próximos cuatro años. Esperar a ver qué palabras escogemos para quejarnos, esperar a esperar lo mejor y progresar aunque sea un poquito... en los próximos cuatro años.