Wednesday, January 02, 2008

de historias encontradas en un largo apagon de luz

(lo siento por la ortografia esta vez)

Sucedio a principios del nuevo anio y nadie se lo esperaba. Parecia mas verano que invierno y hasta el cafe parecia exceso en los dias de navidad, pero todo cambio el segundo dia del nuevo anio, en el que todos se disponian a retomar la rutina y algo raro paso. No amanecio soleado (amanecio mas tarde tambien) y el condenado viento nos seducia a seguir durmiendo. (que pereza o que, esos dias dan ganas de seguir durmiendo) Pero paso y todos se levantaron y en masa puro ganado, nos fuimos al trabajo. Ya en las oficinas y en los semaforos se notaban los bajones de luz, y el condenado viento que soplaba cada vez mas fuerte, juro que nunca habia visto los arboles tan horizontales, y con lo que pude encontrar en mi carro me tape. Yo queria que se fuera la luz desde la maniana, significaba menos que hacer, pero dieron las 12:30 y nada. Esta bien. Sali del trabajo y ya no habia luz (maldita mi suerte, justo cuando salgo) pero nos fuimos como si nada, ya no iba sola, ibamos 3. Los 3 se separaron eventualmente, y cada uno noto que el condenado viento seguia haciendo estragos.

A todo esto ya iba solo yo y ya regresaba a mi lugar de origen dispuesta a seguir con la rutina de la adiccion. (a la electricidad) Y para mi sorpresa llevaba menos de media hora en mi refugio y de repente todo a oscuras. Y fue como un encanto. Dije: ahora es cuando! y tome un libro de gabbo y empeze a leer. Pero ya era muy tarde, asi como amanecio tarde, oscurecio para mi muy temprano, y me quede perdida en las letras hasta que ya no hubo luz. Cerre los ojos y comenze a soniar.

Y de repente el fuego. Y la seniora parada en la ventana. Y no le hice, caso, queria seguir durmiendo, pero la seniora empezo a alegar. Cuando me di cuenta todo estaba a oscuras, en muchas partes de la ciudad, y el cielo estaba hermoso, se podian ver las estrellas, como casi nunca se pueden ver ya, y en medio la unica luz la del fuego. Eran 4 personitas de voces chillonas, bailando al rededor del fuego, y la seniora observando desde arriba, desde lejos, velando por la seguridad. Y las chispas salian volando. Y empezaron los gritos. Que idea tan absurda, nos van a matar a todos. Pero yo estaba cautivada por la magia del momento. Queria que nunca terminara, que lindo estar asi, retirarse de la rutina, de la tecnologia, y poner a funcionar la imaginacion. Estaba sumisa ante lo sonidos lejanos, las risas, los enojos, y mi gato, que jugaba con la unica vela que pude encontrar.

Luego vino el fin del mundo, o al menos asi se podia escuchar. Recorde que tenia un contacto con el mundo, y lo utilize para ver por que diablos despues de horas seguiamos sin luz. Y ahi escuche al senior angustiado, por que las nubes venian en forma de circulo apachado, y la ciudad entera se estaba quedando sin luz. Y luego de la ciudad el pais. Y el volcan estaba haciendo erupcion. Y las estrellas nos miraban como lo hacian hace mil anios.

Pero no me agunstie, vivimos en guatemala, la realidad no es ni la 10 parte de lo que dicen las noticias, porque sonora es la noticia, y ni los celulares servian bien ya. El pasado sin tecnologia nos envolvia cada vez mas, en la oscuridad de aquellas estrellas las unicas lamparitas, y yo seguia encantada y sumisa. No queria que terminara ya. Segui escuchando las noticias, y como la gente se asustaba cada vez mas. Que los kakos, que el pan, que ya no hay, que escasean las candelas, y apenas unas horas sin luz.

Y yo me preguntaba si a alguien mas le gustaba estar asi, como a mi, viendo la oscuridad, como lo hicieron muchos, antes de nuestros civilizados tiempos. Y seguia sumisa. Y queria dormir.
Pero no sabia si estaba soniando ya.

Y poco a poco, como cada historia llego a su final. Hay luz en panorama, hay luz en peten, hay luz en solola, habia luz en todos lados. Y el panico se disperso. Los kakos volvieron a las sombras (justo cuando ya se habian organizado todos los vecinos) y las candelas se guardaron para cuando el condenado viento sople otra vez. Ya hay agua, hay luz, hay tele, hay radio, hay celulares y hay internet.


Y yo sigo sumisa y encantada. Escribiendo las palabras que se me ocurrieron en un pequenio escape al pasado que pocas veces se da. Me voy a dormir pensando en las estrellas que parecian de pueblo y estamos en la ciudad. Fueron como 2 horas, y pasaron 7 mil historias, que ojala todos pudieran contar.

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